Ante un infarto de miocardio se debe llevar a cabo un tratamiento tanto de tipo invasivo como farmacológico. Ambos deben de tener como principal objetivo la desobstrucción arterial. En concreto, diferentes estudios como el realizado por autores como Álvarez y Casado en el año 2013 demuestran que una desobstrucción arterial en un infarto agudo de miocardio durante las primeras 12 horas desde la aparición de la sintomatología, mejora la calidad de vida y reduce la morbimortalidad del paciente. Además, el resultado de la reperfusión (o proceso que permite nuevamente el paso del flujo sanguíneo) presenta mayores beneficios si se realiza precozmente, en las primeras horas de evolución.
Para ello,
existen técnicas de tratamiento invasivo, siendo una de las más conocidas e
utilizadas la angioplastia transluminal percutánea (ATP), que consiste en la
dilatación de una arteria con el fin de restaurar el flujo sanguíneo.
Por otra parte,
ante un infarto de miocardio y también con el fin de conseguir esa reperfusión
se utilizan diversos tipos de tratamientos farmacológicos, entre los que se
encuentran:
-Trombolíticos:
se usan para disolver los coágulos de sangre que puedan estar bloqueando las
arterias.
-Betabloqueantes:
disminuyen el gasto cardíaco.
-Inhibidores de la
enzima convertidora de la angiotensina: disminuyen la presión arterial y
también el gasto cardíaco.
-Anticoagulantes:
previenen la formación de coágulos de sangre.
-Antiagregantes
plaquetarios: impiden que las plaquetas se adhieran unas a otras y formen
coágulos.
Referencias bibliográficas:
1. Álvarez J., Casado I., et al. Reperfusión del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST en la Comunidad de Madrid. Código Infarto. Majadahonda (Madrid). Ergon: 2015. p 12- 32.
2. Gavira Gómez, JJ. Infarto Agudo de Miocardio. Clínica Universidad de Navarra. Disponible en: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/infarto-miocardio
No hay comentarios:
Publicar un comentario