En esta entrada hablaremos sobre la sístole y la diástole, términos básicos si hablamos del sistema circulatorio y palabras que seguramente todos hayamos escuchado alguna vez.
Lo primero que hay que decir de la sístole y la diástole es que son dos etapas del ciclo cardíaco. La sístole es el momento de contracción del tejido muscular del corazón, ya sea auricular o ventricular. Es el transporte de sangre fuera del corazón mediante un aumento de presión en la cámara de donde se interese sacar, por ejemplo, en la sístole ventricular, aumenta la presión de los ventrículos mediante la contracción de los mismos por encima de la presión que existe en las arterias, de esta manera se abren las válvulas pulmonar y aórtica dejando pasar la sangre. La diferencia de presiones hace que las válvulas se cierren una vez que haya pasado la sangre, impidiendo así el reflujo a los ventrículos. El promedio de la presión sistólica en un adulto es de 120mmHg.
Después de esta contracción las cámaras se relajan por retroceso, lo que se denomina diástole. En el punto máximo de diástole, se crea una presión inferior a la de la cámara anterior lo que hace que pase la sangre de las venas cava y pulmonares, en un proceso igual en el que intervienen las válvulas y las presiones de la misma manera pero con distintos valores. El estado de reposo del corazón dura medio segundo. Podemos definir dos fases: una de relajación del tejido muscular de las paredes del corazón y otro de dilatación de la cámara por la entrada de sangre. El promedio de presión diastólica en un adulto es de 80mmHg.
Una vez tienen lugar estos dos procesos se vuelve a repetir el ciclo cardíaco. Las presiones en la aurícula y el ventrículo izquierdos son menores que en los derechos.
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