El soporte vital avanzado es un eslabón clave en la secuencia que se debe realizar tras una parada cardiorrespiratoria. Un buen SVA, apoyado por el SVB (soporte vital básico) y un reconocimiento precoz de la parada cardiorrespiratoria pueden aumentar la supervivencia hasta en un 7,9%.
El SVA incluye manejo de la vía aérea, conocer y administrar fármacos, conocer los tipos de ritmo cardiaco y actuar en consecuencia así como saber actuar ante una bradicardia o una taquicardia.
Como es lógico, el SVA se realiza inmediatamente después del SVB y lo suelen realizar personas preparadas y entrenadas.
Lo más importante es saber que, en cuanto a la vía aérea, se recomienda mantener una saturación de entre 94-98%;debemos retirar prótesis u objetos que puedan obstruirla y, si hay personal cualificado o entrenado, lo óptimo sería realizar una intubación orotraqueal. No obstante, lo que debemos tener en cuenta es que debemos interrumpir las compresiones de la RCP lo menos posible, a poder ser, nunca más de 10 segundos.
En cuanto a la RCP del SVA, se ve resumido en esta foto:
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