Al contrario que la mayoría de enfermedades del aparato circulatorio, curiosamente la hipertensión no suele presentar ni signos, ni síntomas. Es decir, la mayoría de las personas con la tensión alta, no presenta ningún tipo de síntoma, incluso si los valores de esta son peligrosamente altos.
Por este motivo, esta enfermedad suele detectarse involuntariamente en las visitas al médico cuando este mide la tensión arterial como parte de su rutina de trabajo. También puede detectarse en casa o en cualquier otro sitio que disponga de un tensiómetro. En este último caso, al ver esos valores elevados, se debe acudir al médico.
Sin embargo, hay algunas excepciones, puesto que aunque no es nada común, existe un pequeño número de personas, que pueden presentar síntomas debido a la presión arterial alta. Algunos ejemplos de estos síntomas son el sangrado nasal, la dificultad para respirar o el dolor de cabeza. Cabe destacar que estos no son específicos y, normalmente no se presentan hasta que esta enfermedad alcanza una etapa muy grave.
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