La enfermedad cardiovascular (ECV) es un problema universal en la sociedad moderna. La aterosclerosis es la principal causa de ECV, lo que resulta en una alta tasa de mortalidad en la población (1).
La arterosclerosis
es una enfermedad debida a la presencia de depósitos lipídicos en las paredes de
las arterias, formando las denominadas placas de ateroma.
La formación de
estas placas está facilitada por procesos de inflamación, necrosis, fibrosis y
calcificación; además de estar muy ligada a la exposición a determinados
factores de riesgo que interactúan con otros factores como son los ambientales
o la propia susceptibilidad de cada organismo (2).
La formación de dichas placas causa un estrechamiento o estenosis de las arterias progresando hasta el punto en el que se produce la obstrucción del flujo sanguíneo. Esta obstrucción puede afectar al corazón (cardiopatía isquémica), al cerebro (ictus) o a las extremidades (enfermedad arterial periférica).
Referencias bibliográficas:
1. Torres N, Guevara-Cruz M, Velázquez-Villegas LA, Tovar AR. Nutrición y aterosclerosis. Arch Med Res. 2015. 46(5):408-26. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26031780/
2. Á.
Lorente Ros, E.A. Rajjoub Al-Mahdi, J.M. Monteagudo Ruiz, J.L. Zamorano Gómez. Ateroesclerosis, Medicine - Programa de Formación Médica Continuada
Acreditado, 2021. Volume 13, Issue 36, Pages 2063-2070. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0304541221001633
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